LECTURA # 1. LA SIRENA DEL BOSQUE
ACTIVIDAD: LEER EL TEXTO Y COPIARLO EN EL CUADERNO.
8º2. Para el día 24 de febrero de 2022
8º1. Para el día 25 de febrero de 2022
La sirena
del bosque
El árbol llamado lupuna, uno de los más originalmente hermosos de
la selva amazónica, “tiene madre”. Los indios selváticos dicen así del árbol al
que creen poseído por un espíritu o habitado por un ser viviente. Disfrutan de
tal privilegio los árboles bellos o raros. La lupuna es uno de los más altos
del bosque amazónico, tiene un ramaje gallardo y su tallo, de color gris
plomizo, está guarnecido en la parte inferior por una especie de aletas
triangulares. La lupuna despierta interés a primera vista y en conjunto, al
contemplarlo, produce una sensación de extraña belleza. Como “tiene madre”, los
indios no cortan a la lupuna. Las hachas y machetes de la tala abatirán
porciones de bosque para levantar aldeas, o limpiar campos de siembra de yuca y
plátanos, o abrir caminos. La lupuna quedará señoreando. Y de todos modos, así
no hay roza, sobresaldrá en el bosque por su altura y particular conformación.
Se hace ver.
Para los indios cocamas, la
“madre” de la lupuna, el ser que habita dicho árbol, es una mujer blanca, rubia
y singularmente hermosa. En las noches de luna, ella sube por el corazón del
árbol hasta lo alto de la copa, sale a dejarse iluminar por la luz esplendente
y canta. Sobre el océano vegetal que forman las copas de los árboles, la
hermosa derrama su voz clara y alta, singularmente melodiosa, llenando la
solemne amplitud de la selva. Los hombres y los animales que la escuchan,
quedan como hechizados. El mismo bosque puede aquietar sus ramas para oírla.
Los viejos cocamas previenen a
los mozos contra el embrujo de tal voz. Quien la escuche, no debe ir hacia la
mujer que la entona, porque no regresará nunca. Unos dicen que muere esperando
alcanzar a la hermosa y otros que ella los convierte en árbol. Cualquiera que
fuese su destino, ningún joven cocama que siguió a la voz fascinante, soñando
con ganar a la bella, regresó jamás.
Es aquella mujer, que sale de
la lupuna, la sirena del bosque. Lo mejor que puede hacerse es escuchar con
recogimiento, en alguna noche de luna, su hermoso canto próximo y distante.
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